Cuando la gente me decía que su vida cambió de la noche a la mañana, yo solía mirarlos con un poco de odio, ya que pensaba que lo único que buscaban con esa frase era parecer escena de típica película cliché...
Extrañamente, hoy me encuentro aquí para decirles que mi vida ha cambiado de la noche a la mañana y aún no lo puedo creer. Un día sólo tenía la obligación de asistir 3 horas de Lunes a Viernes a una cabina de radio para hablarle a un micrófono con la esperanza que alguien allá afuera estuviera escuchando, y al día siguiente me encontré sentada en una oficina de de 9am a 6pm, con miles de correos electrónicos, mensajes, pendientes, creando listas, llevando a cabo ideas y proponiendo proyectos. Me olvidé de mis comidas causales en lugares aleatorios con amigos a los que llamas y siempre están dispuestos, así como tuve que hacer a un lado las idas al cine a mitad de la tarde.
Cambie mi horario de lectura en la comodidad de mi cama, por prepararme alimentos para el día siguiente en la oficina, y mis momentos libres en la tarde, por planeaciones de un segundo trabajo. Mis fines de semana ya no son tan tranquilos, ahora debo editar y grabar de 3 a 4 videos por día, para poder seguir alimentando mi canal, sin mencionar que extraño el rostro de mis amigos entre semana y las risas de mi familia a la hora de la comida... Pero todo es un proceso, se llama crecer y ser adulto y a mi me tocó todo esto en Febrero.
Un día sólo me pasaba la idea de buscar algo más, y al día siguiente ya tenía más de lo que esperaba, y los proyectos se siguen sumando, lo cual agradezco de sobremanera.
No sólo mi vida laboral cambió, mis relaciones personales también tuvieron que modificar horarios y destinos, así como me di cuenta que lo que siempre había querido no era tanto como lo que quiero ahora, porque uno no sabe que es lo que necesita hasta que sus nuevas necesidades le están picando los ojos. En todos los aspectos. Uno cree que puede seguir con la bonita costumbre de a vida, y de repente le llegan los cambios de golpe.
En este mes me llegó un golpe duro y seco a la cabeza, con el que a veces siento que necesito más de todo y todos, y que al mismo tiempo, me surge la urgencia de dar más de mi a todo y todos... se me olvida que en esta vida no siempre recibes de forma proporcional a lo que das, y que eso también está bien.
La gente dice que crecí... yo no sé. Po el momento estoy agradecida con todo, de verdad no me quejo, pero es extraño darse cuenta que mi vida de un día a otro, ha dejado de ser la misma... y que aún no termina de cambiar.
-V